Cada vez menos autonomía médica


El título se ha dado a propósito del blog generado por la internista cardióloga María del Carmen Valencia, se trascribe de su muro de facebook. Lo triste y paradójico de todo esto es que muchos que no saben del tema, toman las decisiones administrativas de autorización en salud….

«Como en el planeta de los simios, cada vez que algún médico muestre signos de rebeldía será acallado por compañeros que correrán sumisos a “borrar” cualquier rastro de reivindicación de su labor. Por ideología, estulticia, vaguería o simplemente porque “les va el rollo” creen que cualquier intento de modificar el statu quo es peligroso y no deseable. Con las excusa de la equidad y supervivencia del sistema se aviene a realizar tareas, no solo que nadie quiere hacer, sino que nadie debería hacer. Todo ello impuesto por una casta dirigente burocrática y traidora a sus orígenes.
Se consuma así el desgaste e ignominia de la profesión que quiso algún día representar la humanidad..

Lo “mejor para el paciente” y “el paciente no tiene la culpa” no son más que frases hechas para doblegar emocionalmente cualquier resistencia inteligente. Se origina en los que olvidan que lo que el paciente necesita no es un médico sumiso, sino un buen médico y además que sea bien considerado, tratado y con capacidad de acción!!!.
Solo así podemos defender la tan pisoteada autonomía médica, avalada en la calidad académica y científica, en beneficio de cada individuo y de la sociedad.

Lo del eje y punto central del sistema ya no se lo cree nadie, a excepción de algunos cursis que se empeñan en trasmitir utopías para engañar a las nuevas generaciones. Cada vez somos menos “tu médico” y más el médico de la gerencia, de la inspección, de las empresas, del hospital, de la consejería, de ministerios diversos. Todo entra dentro de un sueldo exiguo en relación con la cualificación, pero proporcionado al horario que dedicamos y a las tonterías que hacemos.

Lo de liderazgo de la atención suena a sarcasmo en boca de nuestros políticos y melifluo en las fauces de unas sociedades, foros o sindicatos enfangados en la cocina del poder político, a la espera de unas migajas que insuflen raciocinio en la gestión de la atención sanitaria. 
Eso cuando no, enganchados a las generosas ubres de la industria farmacéutica como único modo de subsistir. Poco liderazgo hay cuando, por ejemplo, no se puede organizar tu propia agenda, intervenir en la gestión de tu centro, acceder a los datos que generas, pedir determinadas pruebas diagnósticas, recetar ciertos medicamentos, utilizar recursos sociosanitarios o simplemente pedir una ambulancia para trasladar a un enfermo. En la mayoría de los casos no se permite directamente, en otros se debe pasar el filtro de puestos intermedios, directores o mejor dicho capataces administrativos cuyo mayor mérito es la más crasa ignorancia en medicina, y demás ralea.. creados a mayor gloria de la cronicidad y con la excusa de la coordinación.

Como se ha visto con las escasas reivindicaciones de la medicina que han surgido en los últimos años, todas o casi todas de iniciativa particular..
Desgraciadamente la mano de nuestra propia especie, está dispuesta a borrar cualquier indicio de inteligencia y resistencia.
Los políticos no necesitan ni mancharse, cuentan con fieles y alelados acólitos prestos a ensuciarse las manos.. que saben que así, todos estaremos más tranquilos en el campo personal e ideológico..
Y por todo ello Sanidad es considerada un ministerio decorativo..»

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