46. Reflexiones en torno al hombre y la mente


46. Reflexiones en torno al hombre y la mente

La búsqueda de significado o logos, crea elementos de “concepción del yo” y de “concepción del universo” y enntre ellos existe una clase de antagonismo, que imprime un curso pendular al pensamiento humano que a veces se orienta hacia el macrocosmos, a veces hacia el microcosmos, acentuando la búsqueda entre uno u otro, pero siempre buscando las últimas conexiones entre las cosas.
El ideal clásico de la objetividad científica se ha visto abatido por la aceptación del concepto de que hay participación de la conciencia del observador. No existen las propiedades objetivas de la naturaleza independientes de la conciencia del ser humano, pero origina un conocimiento de tipo introspectivo que hace que la ciencia no pueda estar exenta de valores.


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“Para dar significado a donde estamos hoy, necesitamos saber de donde venimos”.
Richard Leakey (1944 – ) 
“El mundo es todo lo que es el caso”.
Ludwig Wittgenstein (1889-1951)

Vigencia de la pregunta por el hombre

Nuestra época se ha caracterizado por un fenómeno antes desconocido, como una especie de Renacimiento, en el cual se ha producido la irrupción en la sociedad de la investigación científica y técnica a un muy alto nivel. Y aunque este fenómeno ha sido constante, la novedad del fenómeno reside en la amplitud del fenómeno cuya escala ha sido planetaria. Al preguntarse sobre el cerebro humano, nos preguntamos inevitablemente sobre el mismo centro de ser del hombre, pues los cambios en la actual concepción del cerebro y la mente tendrán un efecto profundo sobre la idea de la humanidad misma y el mundo. 
Ludwig Joseph Joahnn Wittgenstein
1889 – 1951
Crédito de imagen www.misfrases.com/…/

Cuando se hacen preguntas se llevan los objetos y las cosas de la vida diaria, así como los objetos científicos a un nuevo plano en el cual aparecen como si fueran ideas.

    Para preguntar en un marco adecuado, para no expresar frases sin sentido ni insensateces, autores como el filósofo y linguista austríaco Ludwig Joseph Wittgenstein recomiendan que orientemos las palabras, porque el lenguaje es el vehículo por excelencia del pensamiento.
    Por esta razón, algunas veces la filosofía puede dar la impresión de que presta más atención a las afirmaciones sobre la realidad que a la realidad misma, sin embargo, al continuar en la línea wittgensteniana, se encuentra que una adecuada pregunta sobre el centro de ser del hombre viene enmarcada en que “todo lo que se puede decir, puede decirse clara y comprensiblemente, y sobre las cosas de las que no se puede hablar, hay que guardar silencio”.
    Estas consideraciones las hace Wittgenstein para evitar que el entendimiento se enajene por el lenguaje, “para combatir el embrujamiento de nuestro entendimiento por medio de nuestro lenguaje” 1, “ya que los límites del lenguaje, son los límites del mundo” 2.
    Las disquisiciones filosóficas sugieren que para lograr inferencias sobre determinados procesos de tal manera que se tienda hacia la universalidad y la totalidad de los objetos, se deben hacer preguntas relativas a ellos mismos y ver en que estructuras se basan; entonces la actitud del filósofo ante la totalidad de los objetos es una actitud intelectual y de pensamiento, con un carácter racional y cognoscitivo. La física moderna al orientarse hacia el conocimiento del mundo objetivo ha ofrecido respuestas, al demostrar que la estructura básica del universo es muy compleja, del mismo modo que ha permitido conocer el orden subyacente del mundo.
 Filósofos
Crédito de imagen:
newsmatic.e-pol.com.ar
    La biología ha demostrado que las interacciones bajo condiciones muy particulares de los componentes de la célula como partes dependientes de un conjunto organizado son decisivos para el fenómeno de la vida. Se podría decir biológicamente que «la vida es el secreto oculto en el ADN  » 3

Uno de los objetivos de la ciencia moderna es la trascendencia de las limitaciones perceptivas habituales -que equivaldría a decir que estamos ciegos, y no somos concientes de ello-, lo cual impide un conocimiento más fundamental del universo, y en últimas, de nosotros mismos. Entre estos elementos de “concepción del yo” y de“concepción del universo” existe una clase de antagonismo, que en cierta forma imprime un curso pendular al pensamiento humano que a veces se orienta hacia el macrocosmos, a veces hacia el microcosmos, acentuando la búsqueda entre uno u otro, pero siempre buscando las últimas conexiones entre las cosas 4.

    Las limitaciones perceptivas ya notadas por ramas del conocimiento como la física, las neurociencias y las disciplinas de la conciencia suelen advertir sobre la presencia de dicotomías, separaciones, simplificaciones en las propiedades fundamentales como el fluír continuo, la interconexión de las cosas y la concepción de un universo holista. Quizá este es el sentido del término «ilusorio» al hacer referencia sobre estas limitaciones perceptivas que deforman la realidad en una medida que desconocemos5.
 Imagen alegórica a neurobiología del desarrollo
Crédito de imagen:

El estado de conocimientos sobre el cerebro y la conciencia se mueve acorde con la ley válida para la física y la biología de que el «movimiento es necesario para que haya equilibrio«. El ser humano nació para evolucionar y ese proceso de evolución le plantea problemas en forma constante, fruto de las soluciones halladas para los problemas precedentes.

Cuando un fenómeno se caracteriza por su gran complejidad -como sería el caso del cerebro-, hallándose además sujeto a fuerzas que lo someten al cambio, la trayectoria evolutiva sobre los conocimientos de este tema presentará períodos de continuidad y bifurcaciones. En la medida que se acumula información sobre diferentes aspectos de la neurobiología, la química, la mecánica cuántica, la psicología transpersonal, se amplía la capacidad de la humanidad para reflexionar sobre sí misma; y de esta complejidad hay un progresivo crecimiento de la interdependencia, hasta un punto en que ninguno de los sistemas puede ser considerado en sí mismo separado del todo, aunque no se ha llegado hasta este punto con el estado actual de conocimientos. Pero no se deben escatimar esfuerzos cuando se trata de conciliar las ciencias naturales con los interrogantes que el hombre se formula acerca de su propia existencia 6.
Imagen referente a neurociencia  computacional

    A propósito de los interrogantes que el hombre se formula sobre su existencia, aquí cabe citar algo del pensamiento vislumbrado por el escolático Abelardo cuando trata sobre el problema reiterado de la relación del hombre consigo mismo y con el mundo. De Abelardo, Jung refiere como “lo contradictorio apenas admite otra compaginación que la paradoja en tanto se aspira verdaderamente a una expresión que por principio se apoya en uno de los puntos de vista (…)”. 

El mensaje que subyace en estos comentarios de Jung es que hay sujetos que se relacionan con objetos desde el ángulo de la idea (pudiéndoseles llamar de alguna forma idealistas) o desde la perspectiva del objeto, surgiendo en este caso las naturalezas de tipo objetivo, originando una persona -si las características se dan- con un agudo sentido de la lógica.
     El pensamiento de Abelardo intenta demostrar una conjugación de contrastes psicológicos, sugiriendo que la lógica y el ideal aparecen como una paradoja, porque están acabalgados en la zona abstracta y al mismo tiempo sin reconocimiento de la realidad concreta. Aquí es donde la discusión comenzó a surgir porque ninguno de los dos sistemas (v.gr nominalismo y realismo) era argumentalmente más poderoso que el otro, ya que al esse in intellectu (ser intelectual) le falta el esse in re, (ser de las cosas) que transcurre en la realidad cotidiana. Ante esta incompatabilidad aparente entre esse in intellectu y esse in re, se propuso la conjunción de ambos factores en el “esse in anima”, como una especie de tertium quid. La actividad vital específica de esta conjunción esse in anima  alcanza con la percepción sensible la suficiente hondura impresiva y con la idea la fuerza efectiva que son partes integrantes de una realidad vital. La actividad holonómica de la psiqué, entonces surge de la conjugación de opuestos como sentir y pensar.
    Tradicionalmente, bajo las luces del «empirismo» o sensualismo psicológico de Locke, Berkeley y Hume, la inteligencia y el conocimiento se atribuyeron a las entradas (input) sensoriales de información.
John Locke
1632 – 1704
Crédito de  imagen:
George Berkeley
1685 – 1753
Crédito de imagen: 
David Hume
1711 – 1776
Crédito de imagen:
    El empirismo consideró que la percepción sensible era el paradigma de la experiencia conciente y cognoscitiva, concepción que condicionó a la experiencia conciente como surgida directamente de la percepción sensible. Ha habido un indudable progreso desde la concepción a comienzos de siglo sobre el sistema nervioso visto a la luz conductista como un simple «conductor», en el cual el cerebro era una especie de conector de impulsos entre receptores y efectores, en el que los nervios eran como unos hilos conductores.

Concepción mecanicista

    Esta concepción lineal-mecánica resultó en una interpretación mecanicista de la psiqué, en la cual unos determinados estímulos provocaban determinadas respuestas. Y llevó a científicos como el francés Pierre de Laplace así como a Du Bois-Raymond a concebir la ciencia en términos mecanicistas, según los cuales era posible el conocimiento científico de la naturaleza representado en fórmulas matemáticas. Esta concepción de la mente y la conciencia a la luz de la frontera física y biológica de la época fué un basamento de la escuela conductista: de los enfoques causa-efecto. Podría teleológicamente parangonarse esta concepción de causa-efecto en la explicación de la conciencia como originada en la visión mecanicista cartesiana del mundo.
      Según el mecanicismo el Universo era una Gran Máquina en la cual todas sus partes eran ruedas dentadas, partes de un mecanismo, a la cual las leyes newtonianas le justificaban su capacidad de movimiento por el establecimiento de una mecánica celeste racional.
Imagen sobre mecanicismo:
Teoría del reflejo, según Descartes
Crédito de imagen: elsahe.blogspot.com/
    Este enfoque racional mecanicista presupone entonces la existencia de un mundo externo aparte de la conciencia humana; supone adicionalmente que con ese mundo es posible hacer observaciones, mediciones y especulaciones sin modificarlo. De aquí se originó el concepto de «objetividad científica«, por la presunción que existía tal mundo externo «allá afuera» en oposición a la mente, al yo que está «aquí dentro».
    Las explicaciones mecanicistas más recientes, si bien aceptan sus limitación en la comprensión del sistema nervioso central, consideran que con el avance del tiempo los progresivos e impresionantes avances de la bioquímica, la biofísica y la electrofisiología podrán dar una explicación a la mente en función de los términos físicoquímicos del cerebro, en vista de los éxitos obtenidos anteriormente con el desciframiento del naturaleza química del material genético, el ADN, el código genético mediante el cual se codifica la secuencia de aminoácidos en las proteínas.
 Aminoácidos conformando una proteína esencial para la vida: la hemoglobina
Crédito de imagen:
gosr-gosr.blogspot.com
     El ideal clásico de la objetividad científica se ha visto abatido por la aceptación del concepto de que hay participación de la conciencia del observador. No existen las propiedades objetivas de la naturaleza independientes de la conciencia del ser humano, pero origina un conocimiento de tipo introspectivo que hace que la ciencia no pueda estar exenta de valores. Los científicos son intelectual y moralmente responsables de su investigación, su trabajo puede ennoblecer a la ciencia y ser crucial para la superviviencia de la humanidad.
Carl Gustav Jung
El próximo estadío de la evolución del hombre es considerado como una transformación de la conciencia, abarcando adicionalmente la definición que el hombre tiene sobre su propio potencial y su lugar en el Universo.
En el año de su muerte -acaecida en 1961-, Jung expresó que el hombre moderno debía redescubrir la vida del espíritu, porque esta liberaba al hombre de toda atadura con el ciclo de las alteraciones biológicas. Jung y Teilhard, predijeron que la línea entre lo físico y lo psíquico desaparecería.
Theodor Dobzhansky expresó que el hombre ignoraba el lado espiritual de su naturaleza y Loren Eiseley refirió como «el hombre está adquiriendo poderes lentamente sobre una dimensión capaz de presentarle una sabiduría que apenas ha empezado a discernir» 7.
Jan Smuts comentaba sobre el holismo que “la evolución posee un carácter espiritual interior que no deja de profundizarse”. 

El concepto del estructuralismo

    El estructuralismo es una concepción que acentúa la contextualidad del concepto deestructura. Las estructuras de las ideas son interdependientes, a diferencia de los seres biológicos, porque cada una de ellas tiene sus raíces en otras ideas predecesoras estrechamente relacionadas.
    Cualquiera que sea el tipo de la idea, ya religiosa, científica, política, está sujeta a cambios y a un proceso de constante renovación por la vía del contacto con otras ideas y con el creciente tesoro del conocimiento de una humanidad en dinámica continua en el proceso del conocimiento.
¿Cuál es el concepto de estructura? Una estructura puede ser un complejo de relaciones que no obedece a un orden preconcebido, sino que exige una reconstrucción y otra conformación modélica de la realidad. Ya se trate de un mito o de una teoría científica, de problemas metafísicos o fórmulas matemáticas, el contenido está regido por cierta organización lógica, por una sucesión regulada de un número de operaciones mentales, que se definen con una terminología específica que las reduce a un común denominador.

     La actividad estructuralista o estructuralismo surgió como un estudio del lenguaje humano bajo el aspecto del contenido, desde las disciplinas de la fonología8, la lingüística y la estética en que los elementos formaban parte de sistemas más vastos. Los sistemas son lo que más profundamente compenetra todo, existen antes que el hombre y le sustentan en el tiempo y el espacio. La actividad estructuralista es la actividad regulada de un determinado número de operaciones mentales que operan en un mundo de reglas, de modo que al reconstruír un objeto del campo del conocimiento que sea, ya de la antropología, la filosofía, la política, el arte o la ciencia, en su reconstrucción se reflejen las reglas de su funcionamiento. Cualquier cosa que no sea totalmente amorfa, posee una estructura. Del mismo modo, una estructura es un complejo de relaciones, en que la dependencia de los elementos se caracteriza por sus relaciones con la totalidad 9.

Entonces, los avances en los conocimientos en cualesquiera de las áreas del conocimiento humano tendrán trascendentales consecuencias en otros campos del conocimiento. Es inevitable con el conjunto de conocimiento actual relativo a la conciencia, no considerarla como uno de los constituyentes principales de la realidad, si no acaso el único.
La teoría general o dinámica de los sistemas propone una integración en la estructura más amplia de las cosas, que representan de alguna forma las “tendencias de la evolución” o “propensiones de manifestación” en los tres principales dominios de la evolución, a saber la fisiosfera, la biosfera y la noosfera.  

      Desde la perspectiva de las ciencias que tratan con sistemas auto-energetizados y auto-organizados, están los diferentes ramales de las ciencias de la complejidad que incluyen la teoría general de los sistemas, la cibernética, la termodinámica del desequilibrio, la teoría del autómata celular, la teoría de las catástrofes, la teoría de los sistemas autopoyéticos, la teoría dinámica de los sistemas y la teoría del caos. Con el riesgo de sobresimplificar la teoría dinámica de los sistemas, se le puede ver como un “pluralismo emergente entrelazado por patrones comunes que conectan al universo” 10.
    En términos de la compresibilidad algorítmica (Cf. asimetrías funcionales en el rendimiento del neocórtex) se conoce que el mundo no es compresible algorítmicamente en su totalidad, existen procesos caóticos particulares que escapan a este enfoque del mismo modo que existen operaciones matemáticas que no son computables: este vislumbre de aleatoriedad deja entrever un mundo poco comprensible en que la ciencia busca comprimir algorítmicamente la estructura esencial.

     Las ciencias de la complejidad tratan grosso modo sobre regularidades básicas, patrones o leyes que se aplican a los tres reinos de la evolución, a saber la fisiosfera, la biosfera y la noosfera : en la actualidad tales ciencias de la complejidad han mostrado una visión unificada y coherente del mundo.

     Básicamente, el trasfondo de estas ciencias es que “todo está conectado con todo lo demás” con lo cual el entramado de la vida es una visión científica 11 ; epistemológicamente, los marcos de referencia que manejan estas ciencias de la complejidad se pueden unir con las ciencias de la jerarquía, como la holoarquía, con la consecuencia que se trascenderá la separación de los valores y los hechos, conjugándolos, lo cual permitirá una visión del mundo auténticamente holística, no acumulativa, como lo refiere Ken Wilber, “que permitirá una síntesis verdaderamente significativa que podría esperarnos en nuestro futuro colectivo” 12.

Referencias

  1. Bense, M: Rationalismus und Sensibilität. Agis, Baden Baden, 1956. Fragmento citado en: Eco – Revista de la Cultura de Occidente 1962; tomo IV 4: pp.427
  2. Wittgenstein L: Investigaciones filosóficas.
  3. Commoner B: Ciencia y Supervivencia. Plaza y Janés SA Editores, Barcelona. 1970 pp. 55
  4. Hessen J: Teoría del conocimiento pp. 16
  5. Walsh RN: La posible aparición de paralelos interdisciplinarios. En: Walsh R, Vaughan F: Más allá del Ego: Textos de Psicología transpersonal. 5ª Ed. Edit Kairós, Barcelona, 1991. pp. 345 – 355
  6. Danzin A, Prigogine I: ¿ Qué ciencia para el futuro ? La investigación y las necesidades humanas. Correo de la Unesco 1982 (2):4-9
  7. Fergusson M: La Revolución del Cerebro. Editorial Héptada. Madrid. 1991. pp. 354-355
  8. El fonólogo ve los fonemas como elementos significativos que reciben su significado solo a condición de estar incorporados a un sistema.  Este es un concepto funcionalista que permite que lo inexplicablemente discontinuo se inserte en un orden continuo que antes no se había sospechado. En las matemáticas, el concepto de estructura va ligado a una construcción lógica. Tomado de: Broekman JM: El Estructuralismo. 2a Ed., Editorial Herder, Barcelona, 1974 pp. 14
  9. Broekman JM: El Estructuralismo. 2a Ed., Editorial Herder, Barcelona, 1974 pp. 12,13.
  10. Wilber K: Sexo, Ecología, Espiritualidad. El alma de la evolución. Volumen I Gaia Ediciones, Madrid 1996. pp. 47.
  11. Wilber K: Sexo, Ecología, Espiritualidad. El alma de la evolución. Volumen I Gaia Ediciones, Madrid 1996. pp. 27
  12. Wilber K: Sexo, Ecología, Espiritualidad. El alma de la evolución. Volumen I Gaia Ediciones, Madrid 1996. pp. 45

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Alejandro Melo-Florián

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