El lenguaje en el esquema de desarrollo psicomotriz.
El desarrollo del lenguaje requiere de un adecuado desarrollo de los órganos fonatorios, de una buena evolución de la inteligencia y de una adecuada estimulación psicosocial, debido a que la imitación juega un papel importante en la adquisición del lenguaje. Todos estos son factores que en conjunto permiten el desarrollo del lenguaje.
Los primeros episodios interactivos ocurren con la madre, mostrando respuestas preferenciales ante el rostro y el lenguaje. A partir de estos, el aprendizaje semántico se hace a partir de los objetos de atención común para la madre y el niño y las interrelaciones que establezcan con estos.
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Guille y mamá, por el caricaturista argentino Quino
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El proceso evolutivo de interacción entre la madre y el bebé humanos, resulta en una progresiva asimilación de la producción verbal y linguística, en un principio por imitación.
En la medida que haya mayor cantidad de vocalizaciones maternas repetidas, el bebé adquirirá mayor facilidad en la detección del significado de las producciones verbales, en su interpretación y producción de lenguaje. Hacia el segundo mes de vida, el bebé repite de forma involuntaria los movimientos que realiza para satisfacer sus necesidades alimenticias. La producción de sonidos está asociada a succión, deglución y eructos.
Hacia el sexto mes de vida, aparecen las primeras comprensiones del lenguaje, por ejemplo, el hecho de asociar «biberón» con determinada postura y con comida. Hacia el noveno mes el repertorio vocal aumenta por la producción de fonemas que desembocarán en la producción de palabras pertenecientes a su comunidad lingüística. Posteriormente entre el primero y segundo año de edad, el desarrollo de la memoria auditiva y de la discriminación fonética facilita la adquisición de nuevo vocabulario debido al desarrollo del concepto 1.
En el período del año de edad, aunque el bebé tiene un repertorio de aproximadamente 4 o 5 palabras que puede hablar, es capaz de entender de 100 a 120 palabras. Ahora bien, se considera que las primeras palabras del niño equivalen a frases completas, dando lugar a las llamadas palabras-frases o frases-palabras (wortsatz) lo cual tiende a ocurrir de forma equivalente en idiomas primitivos.
Desde la frase-palabra, el lenguaje del niño evoluciona a la fase de palabras en estilo telegráfico, caracterizada por la ausencia de inflexiones gramaticales, usando los verbos en infinitivo. Progresivamente, al manejar el lenguaje en un contexto social el niño adquirirá las herramientas básicas para la comunicación 2.
El intercambio verbal entre los padres y el niño fomenta el desarrollo del lenguaje. Se sabe que los bebés oyen desde la etapa prenatal y esta capacidad de escucha no sufre modificaciones durante el primer año de vida. Es sabido como lo que más le gusta oír al bebé es la voz de la madre.
Cuando el niño escucha hablar a personas adultas ocurre lo que se ha denominado «un paradigma de recepción» y se le presentan ejemplos positivos de un concepto sobre los cuales el niño intenta hablar, resultando en un «paradigma de selección«, sobre los cuales recibe retroalimentación 3.
Esta situación se presenta alrededor de los cuatro o cinco años cuando el nivel de competencia le permite tener un grupo de oraciones y verbalizaciones que ha experimentado y abstraído de un sistema que lo capacita para entender y generar un número casi infinito de verbalizaciones 4.
Dicho sistema es un conjunto de reglas que describe las verbalizaciones, pero no cómo se producen 5, enmarcado en el proceso de la elaboración del lenguaje como un continuum en la conducta del niño.
Es conocido que hacia los cuatro años de edad el niño exhibe todas las complejidades de la conducta del lenguaje adulto, aunque no es posible fijar la edad hacia la cual ha ocurrido la asimilación del proceso. El niño que está aprendiendo un lenguaje participa en una intrincada tarea de aprendizaje de conceptos. El concepto que adquiere es complejo y no se ha podido describir de forma adecuada, por lo cual se han planteado mecanismos genéticos para el aprendizaje del idioma.
Estos mecanismos genéticos han sido planteados por Eric Lenneberg6, con base en cinco argumentos principales que sugieren de manera precisa que el hombre es el único ser capaz de hablar, debido a sus antecedentes genéticos:
- a) hay disposición anatómica especial de órganos fonatorios
- b) la ocurrencia del habla en todos los niños cualesquiera que sea su cultura tiende a ocurrir a una edad uniforme
- c) la conducta del lenguaje aparece a pesar de grandes y adversos déficits sensoriales
- d) todos los lenguajes en el planeta se basan en los mismos principios básicos de semántica, sintaxis y fonología
- e) los animales nunca han adquirido el lenguaje a pesar de los esfuerzos empleados para enseñarlos; hay algunos puntos en controversia con respecto a los casos de primates superiores como los de Washoe y Lucy.
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Profesor Eric H. Lenneberg 1921 – 1975
Crédito de imagen
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La dotación genética y la experiencia son cruciales, pero los factores genéticos como lo plantea Lenneberg son capitales en la adquisición del lenguaje y están a favor de la posición innatista de desarrollo del lenguaje.
Podría considerarse que la importancia de los factores genéticos para la adquisición del lenguaje radica en el rol socializante del lenguaje. Aunque el niño no sea capaz de utilizar el lenguaje, en los primeros estadíos de su desarrollo le permite un conocimiento dinámico del mundo que le rodea.
Génesis del lenguaje normal
Gutzman ha afirmado que el afecto es el padre del lenguaje. En su fase más primitiva, el lenguaje presenta un marcado componente emocional, predominando su cualidad de tipo expresivo, y a medida que va madurando va deviniendo progresivamente más intelectual, predominando entonces el caracter descriptivo.
Para neurólogos como Hughlins Jackson, el lenguaje traduce y significa intención. En los primeros estadíos evolutivos predominan en él los componentes emocionales e involuntarios, y en la medida de evolucionar, pertenece cada vez más a las esfera racional noética.
Es característico de la fase emocional del lenguaje el iniciar como sencillas expresiones mímicas, de tipo sonoro, que son las exclamaciones como ¡Ay!, ¡Oh!, ¡Ah!, que tienden a ser parecidas en la mayoría de los idiomas. Estas exclamaciones exteriorizan estados subjetivos 7, son el primer estadío del lenguaje, que en el niño se observan como los balbuceos, arrullos, gorgoritos y existen tanto en el hombre como en el animal. Estas exclamaciones denotan admiración, dolor, sorpresa, etc.
Después de esta primera fase, viene una segunda con un mayor compromiso social, orientada hacia el grupo, que representa una comunicación con los demás en su forma más primitiva, es decir, mediante el llamado de la atención. En este lenguaje ya no predomina la función de descarga (la llamada entladungsfunktion), sino de una función voluntaria (la llamada willensfunktion) que puede ser vista en los animales. Como ejemplos de exclamaciones en esta fase, están ¡Cuidado!, ¡Atención!, así como los imperativos de todos los verbos, los pronombres y adverbios de persona, lugar y forma.
La tercera modalidad del lenguaje es la típica del hombre por antonomasia, es la más desarrollada y se ha denominado la modalidad representativa (la llamadadarstellungsfunktion).
Abarca casi la totalidad del lenguaje del adulto y comprende el conjunto de símbolos lingüísticos desprovistos en su mayor parte de carga afectiva que representan de un modo objetivo diferentes elementos, cosas o estados.
La modalidad representativa del lenguaje del hombre es la que sirve de soporte al pensamiento humano, siendo un vehículo de las elevadas funciones que permiten al hombre acceder al mundo mental 8.
De este modo, la comunicación humana participa de todos los rasgos básicos de la comunicación, aparecidos a lo largo de la filogenia. El proceso evolutivo de la maduración del lenguaje ocurre dentro de ciertos límites que cumple sus etapas, independientemente de los factores ambientales.
Esto explica porque hay casos de personas con sordera severa que pueden llegar a asimilar un nivel de léxico bastante aceptable, aunque la producción del lenguaje esté alterada. El proceso madurativo con las diferentes modalidades del lenguaje se presenta junto con los de aprendizaje social para que el lenguaje aparezca y se desarrolle, resultando una interacción que hominizará al niño y le facilitará el intercambio social.
Al aprender el lenguaje, aprendemos lo que significa el sonido en sí mismo, la sintaxis y el vocabulario, y adicionalmente aprendemos como manipularlo para una emisión eficiente de conceptos además de que esto no es lo mismo que haber aprendido el lenguaje.
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Lenguaje
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Los niños ante situaciones nuevas suelen usar mensajes cortos e idiosincráticos cuando no han desarrollado aún un código socialmente compartido, a diferencia de los adultos, que ante situaciones nuevas muestran un lenguaje detallado, abundante, casi que prolijo.
La existencia de variabilidad, el tomar en cuenta la audiencia y el contexto de la conversación forman parte dellenguaje social, el cual no se desarrolla sino al parecer tardíamente hacia la adolescencia, cuando hay mayor solvencia para la resolución de problemas cognitivamente exigentes.
La comunicación de los niños es una conjunción de conocimiento y habilidades que le permiten interactuar con el mundo, con otros adultos y otras culturas. El lenguaje del adulto es una resultante de la experiencia que permita acceder a este acervo de conocimientos así como del conocimiento del lenguaje en sí mismo 9.
Bases neurológicas del lenguaje
Al tocar algunos aspectos sobre la base orgánica que en el sistema nervioso central explican la génesis del lenguaje, nuevamente no pretende agotarse el tema, ni reemplazar a excelentes revisiones sobre el tema.
Las explicaciones concernientes a estructuras anatómicas permiten cobrar una mayor familiaridad con nuestros propios mecanismos de producción del lenguaje. En condiciones normales las sensaciones auditivas llegan a la corteza cerebral a una zona especializada de la corteza cerebral a nivel de la primera circunvolución temporal10, de donde pasan a la zona de Wernicke, donde es posible el proceso de identificación de las palabras.
A nivel del hemisferio cerebral izquierdo existen conexiones con la zona de Broca, en la primera circunvolución frontal. En esta zona de Broca existen las secuencias motoras para pronunciar las palabras, las cuales se dirigen a una zona vecina, el área 4 de Brodman, ubicada en la corteza motora prefrontal, más exactamente en la porción inferior de la circunvolución frontal ascendente, donde está el control de la musculatura de labios, lengua y laringe.
La conexión entre estas cuatro mencionadas zonas es considerada como una de las más sólidas y se establece cuando el niño aprende la lengua materna de viva voz. En el momento en que por ejemplo, el niño aprende a leer, los estímulos sensoriales de la visión llegan a la zona interna del lóbulo occipital en la primera circunvolución occipital y a los dos labios de la cisura calcarina, de donde pasan al centro de las imágenes visuales de las palabras escritas, ubicado en el pliegue curvo. Este centro se relaciona con el área de Wernicke, el área auditiva de las palabras, así como con el área de Broca.
En el momento en que se aprende a escribir, se acumulan los engramas en la zona de Exner, en el pié de la segunda circunvolución frontal izquierda. Este centro gráfico motor de Exner está conectado con el área motora prefrontal 8 de Brodman, también situada en la circunvolución frontal ascendente, así como con el centro óptico-verbal de las imágenes visuales de las palabras escritas (Area 6 de Brodman).
El córtex de las zonas frontal y parietal suele considerarse el centro de los conceptos o «noético». Todo este centro configurador de los conceptos está estrechamente relacionado con el centro audio verbal de Wernicke, y con el verbomotor de Broca y aunque cabe la posibilidad que también esté conectado con el centro visual de las palabras, normalmente el enlace se establece por medio del centro de Wernicke. Las implicaciones psicológicas de estas vías de uso predominante, implican que se suele pensar de acuerdo a un lenguaje interior, bien escuchado o bien hablado 11.
Afasias
En la alteración de la emisión o de la comprensión del lenguaje denominada afasia, lo primero en lo que se suele observar déficit es en la función representativa del lenguaje; se conservan las funciones voluntaria y de reacción expresiva o de descarga. Por esta razón las personas con afasia pueden emitir exclamaciones y blasfemias, con la conservación del lenguaje mímico expresivo pero sin poder expresar aquellos pensamientos desprovistos de emoción 12.
Lenguaje y dominancia hemisférica
A diferencia de otras lenguas en el mundo, el japonés y el polinesio presentan numerosas palabras formadas solo por vocales o por la combinación vocal-consonante-vocal. En japonés, solo para citar algunas, aoi verde o azul, wayoi débil,nagai largo, omoshiroi interesante, nihongo lengua japonesa, keieigerencia/administración.
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Ideogramas para
Ni hon go
Japonés
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Así mismo, esta es la característica predominante de la poesía y la literatura escrita en japonés, que al igual que el arte, está lleno de referencias a la naturaleza y a los sonidos naturales.
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Profesor Tadanobu Tsunoda
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Tadanobu Tsunoda del centro de investigación Médica y Odontológica de la universidad de Tokio descubrió como la lengua materna es el factor por el cual se establecen las diferencias en el modo de recepción, elaboración y comprensión de los sonidos del medio ambiente que les rodea.
La lengua materna se relaciona estrechamente con el desarrollo de los mecanismos de la emoción en el cerebro y tal parece que exhibe una estrecha relación con las particularidades de la cultura y la mentalidad en cada grupo étnico.
Normalmente el cerebro es capaz de discernir las características estructurales de los sonidos y el tipo de manejo hemisférico que recibirá dependerá de la «estructura» del sonido escuchado. Al analizar el sonido de las vocales humanas se hallaron una serie de frecuencias máximas, llamadas también «formantes».
Con el empleo de un sintetizador para eliminar algunos «formantes» Tsunoda descubrió que hay dos requisitos necesarios para que el hemisferio izquierdo maneje los formantes, como son las frecuencias inarmónicas en los formantes y que exista cierto grado de modulación de frecuencia, condiciones que se presentan en sonidos como los de las vocales humanas, el llanto, la risa, el canto de los insectos y otros sonidos naturales.
El profesor Tsunoda encontró que en el cerebro de los japoneses y de los polinesios había predominio del oído derecho (hemisferio cerebral izquierdo) tanto para las sílabas como para las vocales, y del oído izquierdo (hemisferio cerebral derecho) para los sonidos de tonos puros.
De este modo, en sujetos de lengua japonesa y polinesia, los sonidos que se relacionan con la emoción son tratados por el hemisferio izquierdo, cuyo predominio se refuerza en la medida del progresivo desarrollo de la función del lenguaje, mientras que en sujetos de lengua francesa, sueca, alemana, española, china, cantonesa, israelí, tailandesa, indonesia y africana, los sonidos de las vocales fijas y los tonos puros daban lugar al predominio del oído izquierdo (hemisferio cerebral derecho), mientras que las sílabas eran predominantemente manejadas por el oído derecho (hemisferio cerebral izquierdo).
A pesar de estas diferencias, es correcto considerar que para ambos grupos el hemisferio izquierdo es el hemisferio del habla, pero la diferencia en el manejo hemisférico de las vocales es de tipo lingüístico ya que tanto en el japonés como en las lenguas polinesias, hay muchas palabras formadas a partir de una vocal o de unión de vocales lo cual les confiere importancia como medio de comunicación, de modo que son manejadas en el hemisferio del lenguaje, del mismo modo que los sonidos que se asemejen a las vocales. Como consecuencia del vínculo entre los sonidos que se relacionan con las emociones y las experiencias que se vinculan con ellas, el hemisferio izquierdo pasa a ser dominante también con respecto a las funciones de la emoción. Este mismo proceso explica porque entre las personas no japonesas existe un predominio del hemisferio derecho cuando se analizan sonidos y funciones no relacionados con las emociones. Por esta razón, el lenguaje materno tiene un rol de primer nivel en la lateralidad de la localización de las emociones.
Volviendo al profesor Tsunoda,
«¿ Cómo descubrir el hemisferio cerebral predominante ? En el mismo momento en que habla, el hombre escucha sus propias palabras. Cuando conversamos controlamos nuestra voz gracias a esta audición de fondo. Y si nos ponemos unos audífonos que hagan llegar a nuestros oídos el sonido de nuestras palabras con un retraso de 0.2 segundos aproximadamente, nuestro hablar se verá perturbado. (…) Supongamos que hacemos llegar al oído izquierdo un sonido constante y sincrónico de 40 decibelios, y al oído derecho un sonido retardado, aumentando la intensidad de este último, y que la consecuente perturbación se manifiesta a partir de los 55 decibelios, es decir, cuando el volumen supere en 15 decibelios al oído sincrónico, Y sigamos suponiendo que repetimos el experimento invirtiendo los audífonos y que el comienzo de la perturbación se manifiesta al nivel de 75 decibelios, es decir, cuando el sonido retardado alcanza un volumen superior en 35 decibelios al sonido constante y sincrónico dirigido al oído derecho. Comparando ambos resultados tendremos que el oído derecho (hemisferio cerebral izquierdo) superará al oído izquierdo en 20 decibelios (la diferencia de 35 – 15) respecto del sonido que se trate. En otras palabras, el sujeto habrá conseguido concentrarse mejor al recibir el sonido sincrónico en el oído derecho que en el lado izquierdo. El oído derecho (hemisferio cerebral izquierdo) será pues, dominante, en o que se refiere ese sonido en particular» 13.
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Música
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Se sabe que la música estimula el hemisferio derecho del cerebro en personas con acondicionamiento cultural de tipo llamado «occidental» -siendo el término usado sin connotaciones de valor- que el lenguaje es procesado en el hemisferio izquierdo de este cerebro con aculturación occidental.
Este conocimiento, a la luz de la década del cerebro, hace que se recomiende la música para los bebés para estimular la expresión creativa del hemisferio derecho al empezar a «migrar» hacia el hemisferio izquierdo, considerándose que se favorecen entonces las manifestaciones de la inteligencia y el genio.
Referencias
- En el neonato se presenta llanto entre 30 minutos y 4 horas al ser separado de la madre, y solo de un minuto/hora si están con los padres después del nacimiento. Tomado de & Luddington-Hoe, S: Estimulación sensorial en perinatología. Publicación de E.M.E.S.F.A.O. 1987. pp. 170.
- & Blanco Perales, MD: El Fracaso escolar. Editorial Faussí. Barcelona. 1988 pp. 30 y ss
- Es importante destacar que en el trabajo de Irwin en 1960, el hecho de que los padres leyeran a sus hijos por diez minutos diarios durante varios meses, resultó en mayor fluidez del lenguaje en los niños de este grupo experimental después de un lapso de cuatro a seis meses. Se coligió adicionalmente que el hecho de escuchar el habla resultó efectivo en el desarrollo del lenguaje. Estos datos experimentales apoyan el hecho evidente que la experiencia en el lenguaje es crucial para el aprendizaje, y dentro de las experiencias, la frecuencia y la variedad gobiernan el desarrollo.
- Aunque el lenguaje que utilizan los padres en el intercambio con el niño es más sencillo que el que emplean con otros adultos, suele estar por encima del nivel de producción del niño, con lo cual sirve de incentivo al aprendizaje. La atención del niño determina el grado de complejidad del lenguaje de los padres. Tomado de: Teorías del Desarrollo Sintáctico. Capítulo 6. En: & Dale PS: Desarrollo del Lenguaje: Un Enfoque Psicolingüístico. Editoral Trillas. México DF. 1980 pp. 181 y ss
- & Bourne L, Ekstrand BR, Dominovski, RI: Capítulo 14. El lenguaje: Un sistema para pensar. En:Psicología del pensamiento, Edit. Trillas, México DF, 1975. pp. 374 y ss
- & Bourne L, Ekstrand BR, Dominovski, RI: Capítulo 14. El lenguaje: Un sistema para pensar. En:Psicología del pensamiento, Edit. Trillas, México DF, 1975. pp. 409
- Estas exclamaciones como manifestaciones externas de estados subjetivos fueron denominadas como Ausdrucksprache, por el alemán Bühler o Entladungsfunktion -función de descarga- por Müller-Freienfelds.
- & Pons PA, Farreras-Valentí P, Ley A, Montserrat S, Sales R, Sarró R, et al: Enfermedades del sistema Nervioso, Neurosis y Medicina Psicosomática, Enfermedades mentales, Tomo IV. Tratado de Patología y Clínica Médicas. Salvat. Barcelona. 1965. pp. 104 y ss.
- & Krauss RM, Glucksberg S: Social and Non-social speech. Scientific American 1977; 236(2): pp. 101, 104-105
- La sigla de esta circunvolución es T1.
- & Pons PA, Farreras-Valentí P, Ley A, Montserrat S, Sales R, Sarró R, et al: Enfermedades del sistema Nervioso, Neurosis y Medicina Psicosomática, Enfermedades mentales, Tomo IV. Tratado de Patología y Clínica Médicas. Salvat. Barcelona. 1965. pp. 107 y ss.
- & Pons PA, Farreras-Valentí P, Ley A, Montserrat S, Sales R, Sarró R, et al: Enfermedades del sistema Nervioso, Neurosis y Medicina Psicosomática, Enfermedades mentales, Tomo IV. Tratado de Patología y Clínica Médicas. Salvat. Barcelona. 1965
- & Brabyn H: Lengua materna y hemisferios cerebrales. El Correo de la Unesco. 1982 (2): 10-14
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