Cerebro, mente y conciencia en AMAZON
“Todo es nuevo y no obstante, todo es antiguo”
Johan Wolfgang von Goethe
“No hay ninguna expresión del espíritu que no determine un ademán en el cuerpo, ni movimiento alguno que no trace en el espacio un ademán del espíritu”.
E. Mounier
¿Una sola? ¿o múltiples?
Mientras asistía a la escuela primaria durante la segunda mitad del siglo XVIII, Franz Joseph Gall observó una determinada relación entre determinadas características mentales de sus condiscípulos y las formas de sus cabezas: por ejemplo, observó que los niños con ojos prominentes tenían una buena memoria: Gall continuó desarrollando esta idea una vez graduado como médico y neuroanatomista y algunos años más tarde la colocó en el centro de una disciplina que denominó frenología (glosario frenología.)
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Gráfico sobre Frenología
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La idea fundamental de la frenología es que las diferencias de los cráneos humanos y sus variaciones reflejan diferencias en el tamaño y la forma del cerebro, dado que las diferentes partes de este se subordinan a funciones concretas, de modo que el examen de las configuraciones craneales de un individuo dado podría determinar las características de su perfil mental.
Originalmente, Gall estableció 27 localizaciones que luego fueron ampliadas a 37 por su discípulo Joseph Spurzheim. Las características estaban distribuidas en cuatro grupos principales que incluían inclinaciones, sentimientos, facultades intelectuales perspectivas y facultades intelectuales reflexivas.
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Franz Joseph Gall
( 1758-1828 )
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Gall fué uno de los primeros científicos modernos en destacar como diferentes partes del cerebro intervienen en las diferentes funciones, además de que “en general no existen poderes mentales como la percepción, la memoria y la atención, sino que hay diferentes formas de percepción, memoria y cosas parecidas para cada una de las distintas facultades intelectuales, como el lenguaje, la música o la visión”. Gall fué el primer proponente del localizacionismo, que recibió un fuerte apoyo cuando el cirujano y antropólogo Pierre Paul Broca demostró la lesión entre una zona cerebral determinada con un deterioro cognoscitivo específico [1].
En el cenit del conductismo y la psicometría se creía que la inteligencia era una sola, y que los seres humanos a semejanza de una tabula rasa podrían ser capacitados para aprender cualquier cosa que se presentara con los métodos adecuados. Los continuos avances en este campo han llevado a sostener una postura opuesta, que considera que existe una multitud de inteligencias que son interdependientes entre sí, cada una tiene sus propias ventajas y limitaciones.
Influencia ambiental
Al considerar que las inteligencias o tendencias intelectuales humanas se conciben en términos neurobiológicos, si se conjuga esta vertiente biológica con una vertiente de influencia socio-ambiental, nuevamente surge un concepto epigenético del desarrollo. La distinción entre inteligencia, ámbito y campo es un avance conceptual porque permite comprender que toda inteligencia se puede aplicar en un amplio espectro de situaciones sociales.
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La frenología y la determinación de tamaño y forma del cráneo
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Si una persona destaca en el ámbito musical o cualquiera otro, durante la etapa de socialización se fortalecerá este vínculo: una vez se alcanza cierta destreza, el campo como conjunto de instituciones, gente, críticas del propio desempeño personal, define las oportunidades de éxito.
En la medida que un “campo” acepte las innovaciones de una persona, se puede considerar la persona como creativa. El individuo creativo es aquel que regularmente resuelve problemas o inventa productos en un ámbito y su trabajo es reconocido como innovador por los miembros de un determinado campo.
Distinción de la inteligencia artificial
De otra parte, los estudiosos de la inteligencia, buscan su aplicabilidad por medio de la inteligencia artificial, partiendo del hecho que si bien no hay en el momento actual una clara raya divisoria entre la conducta no-inteligente y la conducta inteligente, existen algunas capacidades que son características de la inteligencia [2]:
· Responder flexiblemente a las situaciones
· Sacar provecho de situaciones fortuitas
· Hallar sentido en mensajes ambiguos o contradictorios
· Reconocer la importancia relativa de los diferentes elementos de una situación
· Encontrar semejanzas entre varias situaciones, pese a las diferencias que puedan separarlas
· Descubrir diferencia entre varias situaciones, pese a las semejanzas que puedan vincularlas
· Sintetizar nuevos conceptos sobre la base de conceptos viejos que se toman y reacomodan de nuevas maneras
· Originar ideas novedosas
Uno de los atributos inherentes a la inteligencia, cuestión examinada a la luz de comparaciones entre ordenador frente a cerebro, es que la inteligencia puede tomar distancia de lo que está haciendo, con el objeto de examinarlo, con el fin de buscar modelos.
En marco sociológico por ejemplo, solo contados individuos tienen la lucidez de percibir un sistema que está gobernando la existencia de muchas personas, un sistema que nunca antes había sido identificado como sistema y a partir de ese momento esos individuos suelen dedicar su vida a la empresa de convencer que el sistema que está allí en forma soterrada es preciso abandonarlo. Todos los seres humanos en alguna medida son capaces de actuar dentro de un sistema y simultáneamente, pensar acerca de lo que se está haciendo [3].
Las inteligencias múltiples se han propuesto a partir de diversas fuentes que incluyen desde individuos sanos normales hasta individuos con lesiones cerebrales, procedentes de diversas culturas. y por ejemplo,, los Upanishads hindúes describen siete clases de conocimiento.
Del genio y la creatividad
En los casos de las más altas cotas de inteligencia humana, la inteligencia elevada se asocia con una gran memoria. Una de las múltiples definiciones de inteligencia, la considera como la capacidad de ver interrelaciones, pero para ello, la mente debe estar llena de ideas con las que el tema que interesa pueda relacionarse. Pero si la inteligencia y la memoria suelen estar estrechamente unidas, no significa que no puedan descollar por separado.
El rasgo básico de la amplitud intelectual consiste en la capacidad de integrar datos aislados en patrones y estos en configuraciones aún más amplias.
Un ejemplo clásico es el de Karl Friedrich Gauss, nacido en Brunswick -Alemania occidental- en 1777, quien a los diez años ingresó a clases de matemáticas, y habiendo el profesor de la escuela preguntado cuanto sumaban los cien primeros números, Gauss levantó la mano inmediatamente, y diciendo ¡Ligget se! -Lo tengo-, dió la respuesta correcta: cincomil cincuenta. Aún en su edad madura, Gauss gustaba decir como de todas las respuestas de los demás alumnos, la suya había sido la única correcta. A los 24 años publicó su obra Disquisitiones Aritmethicae, donde se considera que plantea la teoría de los números del mismo modo que Euclídes lo hizo por la geometría[4].
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Karl Friedrich Gauss
Brunswick – Alemania, 1777-
Gotinga, id., 1855
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Los calculadores veloces o “calculistas relámpago” no tienen porque ser más inteligentes -como de hecho se puede ver el hermoso ejemplo de un autista de alto rendimiento personificado por Dustin Hoffman en la película «Rainman», de Barry Lehvinson, cuyas dotes son explotadas por un hermano inescrupuloso para ganar apuestas en casinos-, sin embargo, la comprensión de las relaciones forma parte de la inteligencia. Los llamados “idiots savants” (en francés, los idiotas sabios) son conocidos por hacer cálculos matemáticos de hasta 100 cifras, y por poder hacer grandes conteos en lapsos breves; en personas normales la capacidad de conteo instantáneo es de un promedio de seis unidades.
Al hablar de inteligencia, no es posible pasar por alto las cotas altas de su expresión y que constituyen el genio, pues aunque éste no siempre se manifiesta a edad temprana, en algún momento dejará su huella [5]. «Al león se le conoce por las garras«, dijo el matemático Bernoulli a propósito de la resolución del problema de la braquistocrona, cuando en la solución anónimamente enviada, entrevió la genialidadde Newton.
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El problema de la braquistocrona fue propuesto
por Johann Bernoulli en el Acta Eruditorum (1696)
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El genio se puede definir como un individuo altamente dotado quien produce contribuciones a la civilización que trascienden más allá de su tiempo. Hay una amplia opinión acerca de que siempre hay algo anormal con quien es considerado genio.
Desde el tiempo de Aristóteles se ha descrito que los hombres y mujeres con rasgos de genialidad generalmente muestran características patológicas, fenómeno también destacado por Kretschmer, enfatizando la relación del genio con la psicopatología. Kretschmer plantea adicionalmente que el calificativo de genio corresponde a un atributo personal excepcional, sugiriendo
(…) denominar genios a aquellas personalidades que han sido capaces de despertar en gran número de hombres, de modo duradero y en grado excepcionalmente elevado, sentimientos positivos de valor (…) se les llamará genios sólo en el caso particular en que dichos valores hayan surgido de la estructura anímica de su poseedor, especialmente combinada al impulso de un imperativo psicológico (…) [6].
William James y Herbert Spencer propusieron como tesis que las funciones de la sociedad y del ambiente geográfico no son la producción del genio, sino un factor seleccionante; pero usualmente se conoce al genio por los datos biográficos asociados a la producción de su obra importante, aunado al hecho de las motivaciones personales que llevaron a tal trabajo [7].
Los genios son altamente inteligentes, pero no todos los individuos de gran inteligencia son genios, porque hace falta interactuar con el mundo circundante, para lo cual es necesario el desarrollo de algunas capacidades especiales, de algunas cualidades específicas que residen en el pensamiento y la personalidad.
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Leonardo Da Vinci: Autorretrato circa 1513
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La tarjeta de identidad del genio es un exuberante talento creativo que en la escala de la inteligencia no ofrece ningún rasgo peculiar, en la mayoría de los casos su inteligencia está en el rango medio superior, con CI entre 110-130, pero como en la dotación de la inteligencia no reside ningún condicionamiento imprescindible para el genio, ni mucho menos rasgos definidores, en la casuística de los genios se halla una dispersión intelectual extrema, tanto en los valores superiores como en los inferiores de CI, abarcando el espectro desde los “idiots savants” hasta los superdotados.
Es necesaria una especie de delicado equilibrio entre la fortaleza de la versatilidad, y la debilidad de la falta de concentración en una sola actividad. En el momento presente más que nunca, se pone de relieve la necesidad de individuos con un alto coeficiente intelectual, con una gran capacidad mental y un amplio campo de intereses, para poder crear «la masa crítica» que permita un lento pero progresivo florecimiento de los rasgos genuinamente hominizantes de la naturaleza humana y que actúen como los catalizadores que medien en la multiplicación de experimentos de tipo social, político, económico, cultural y científico para poder obtener beneficios a largo plazo para la especie.
Thomas Alva Edison -el mago de Menlo Park- respondía a la pregunta sobre el secreto de sus inventos «el 1 % es inspiración, el 99 % es transpiración«, mientras que Ernest Gombrich se refería a que «hacer está antes que adecuar«. Tanto los genios literarios como los científicos y los plásticos requieren encender su genialidad con el tesón y el esfuerzo mantenidos con suficiente continuidad.
El retrato del genio creativo corresponde a un trabajador muy motivado por la voluntad de la creación al mismo tiempo que muy tocado por la inspiración. Tiene una finalidad. El genio puede estar poseído por una manantial tal de energía creadora que le motive a salir avante de cualquier adversidad, como sucedió en los casos particulares de Beethoven y Dostoievski. Y el genio, en su faceta de personalidad creadora, gira en torno a la independencia, la libertad crítica ante sí mismo y los demás, el sentido del humor, y la voluntad de trabajo.
La personalidad creadora depende de sí misma en la motivación cognoscitiva, que a veces se presenta en forma de una curiosidad desatada, unida a una tendencia a la autorrealización y una búsqueda de la libertad [8]. La personalidad creadora adicionalmente tiene otros factores que le permiten surgir, y son un pensamiento de tipo lógico-racional e imaginativo asociado con una gran intuición asociada con la actividad creadora del inconsciente, todos estos factores sustentados en una sólida inteligencia conceptual capaz de seleccionar lo esencial [9].
Karl Jung destaca el hecho que muchos artistas, filósofos y científicos deben algunas de sus mejores ideas a la inspiración que súbitamente provino desde el inconsciente: la capacidad de llegar a un filón de material intelectual y convertirlo realmente en filosofía, literatura, música, ciencia o arte por citar algunos, garantiza lo que comúnmente se llama genio.
Trunfo de Baco y Ariadna, por Annibale Carracci – circa 1605
Refiere el psiquiatra Francisco Alonso Fernández como la creatividad, si bien no es un proceso adscrito a la esfera de la inteligencia, requiere el concurso de una dotación intelectual de tal magnitud que haga que el proceso de la creatividad tenga por así decirlo, cierta fluidez. La inteligencia es un fundamento de la creatividad, pero su presencia en un grado abundante como en el caso de un superdotado, al que Fernández se refiere como “el inteligente del éxito”, no basta para pulsar el motor de la originalidad creativa [10].
Una forma de caracterizar la producción de cualquier civilización es tomar en consideración el modo en que se plantean los tópicos fundamentales sobre el origen, la naturaleza, el destino de la vida, nuestro papel en el mundo y en el universo como un todo y las soluciones planteadas en relación a estas cuestiones.
El lento proceso de respuesta a estas cuestiones trascendentales es una de las respuestas a los interrogantes sobre la propia naturaleza humana, sobre la naturaleza de nuestra mente y nuestra conciencia, nuestra relación con el cosmos.
Es necesaria, pues, la presencia de individuos con capacidades especiales y buena capacidad de trabajo para el logro de estos desempeños sobresalientes para el beneficio de toda la humanidad. Muchos de los problemas que se plantean tienen solución, pero si estamos dispuestos a aceptar soluciones atrevidas, brillantes y complejas, que parafraseando a Sagan, solo las podrán encontrar individuos atrevidos, brillantes y complejos.
La educación de tales seres debe abarcar la mayor comprensión de la naturaleza posible, una educación general en el más amplio sentido del término. En virtud del ingenio y la creatividad humanos, Homo sapiens sapiens es la primera especie que parece tener en sus manos la evolución como tal, aunque teniendo en contra todas sus acciones que parecen delatar más que la falta de su inteligencia, su limitada visión de la pertenencia a procesos globales, cuya fuente quizá sea el sobrerracionalismo de la sociedad occidental, en el extendido uso de la tecnología para incrementar la sensación de placer material y disfrute corporal y no la creatividad ni la inteligencia.
Referencias
[1] & Gardner H: Estructuras de la Mente: La teoría de las Inteligencias Múltiples. Fondo de Cultura Económica. Bogotá, 1997. pp 44-45
[2] & Hofstadter DR: Gödel, Escher, Bach. Un eterno y grácil bucle. Tusquets Editores, Barcelona, 1998. pp. 30
[3] & Hofstadter DR: Gödel, Escher, Bach. Un eterno y grácil bucle. Tusquets Editores, Barcelona, 1998. pp. 43,44
[4] & Stewart I: Gauss. Scientific American, 1977; 237 (1): pp. 123
[5] & Rattray-Taylor, G: El cerebro y la mente. Una realidad y un enigma. Planeta, Barcelona, 1979. pp. 247
[6] & Kretschmer E: Hombres Geniales. Labor, Barcelona, 1954. Citado por: Alonso-Fernández, F: El talento creador. Rasgos y perfiles del genio. Ediciones Temas de Hoy. Madrid, 1996. pp. 19
[7] & Tyler L: The Psychology of Human Differences. Appleton Century Crofts. New York , 1947. pp. 212, 215
[8] & Alonso-Fernández, F: El talento creador. Rasgos y perfiles del genio. Ediciones Temas de Hoy. Madrid, 1996. pp. 107-108
[9] & Alonso-Fernández, F: El talento creador. Rasgos y perfiles del genio. Ediciones Temas de Hoy. Madrid, 1996. pp. 116
[10] & Alonso-Fernández, F: El talento creador. Rasgos y perfiles del genio. Ediciones Temas de Hoy. Madrid, 1996. pp. 59
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