25. La inteligencia


25. La inteligencia

El funcionamiento conjunto de ambos hemisferios cerebrales es el instrumento con que la naturaleza ha dotado la especie humana para que consiga sobrevivir y salir adelante y esto será probable en la medida que se usen cabal y creativamente las capacidades del entendimiento humano.
Al examinar como se manifiesta la inteligencia, es posible que las capacidades de razonamiento ofrecidas a la especie humana por la selección natural nos permitan llegar a una teoría unificada completa.
El desarrollo de la inteligencia supone desde el punto de vista cognoscitivo una evaluación de las facultades de atención, memoria y rendimiento en general.
Si se considera que el proceso cognitivo autoconsciente de la experiencia surge asociado con las capacidades de interacción social del niño, de la regulación de la comunicación con sus cuidadores cuando le ofrecen una compañía afectuosa y emocionalmente estable, se ofrece la importancia necesaria al contexto social en que vive y se desarrolla el ser humano, que finalmente resultará en un adecuado dominio en el descubrimiento y aprendizaje de la realidad


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«La función de la mente es pensar; cuando tú piensas, conservas tu mente, y cuando no piensas, la pierdes. Eso es lo que el cielo nos ha dado, con el propósito de pensar, o saber lo que es acertado y lo que es erróneo»

Respuesta de Mencio a Kungtutse – La sabiduría de Confucio

Generalidades

Toda la crónica de la historia evolutiva del planeta Tierra, en particular, la que está plasmada en la cara interna de los cráneos fósiles demuestra una progresiva tendencia a la creación de organismos inteligentes.
    
    A la luz de los planteamientos de evolución de las especies y de la selección natural, los seres más inteligentes subsisten mejor en condiciones adversas y dejan más descendencia que los organismos menos dotados.
    El funcionamiento conjunto de ambos hemisferios cerebrales es el instrumento con que la naturaleza ha dotado la especie humana para que consiga sobrevivir y salir adelante y esto será probable en la medida que se usen cabal y creativamente las capacidades del entendimiento humano.
    
    El hecho de haber podido llegar hasta el punto de ser una civilización que busca lafons et origo de sus inicios y haber encontrado respuestas a este planteamiento, de llegar a ser una civilización científica en la que el saber y la integridad de sus componentes son de la mayor importancia, nos hace ser concientes, como bien lo dice Jacob Bronowski, que nuestro destino es el conocimiento[1].
Jacobo Bronowski
18 Jan 1908 Łódź, Poland
22 Aug 1974 New York, USA
    Durante la Edad Media el pensamiento médico versó entre muchas otras cosas sobre las relaciones entre los estados mentales y los mecanismos fisiológicos. El juicio, colocado bajo el imperio de la razón sufrió las interferencias entre las concepciones de psiquismo y fisiología.
    Se llegó a considerar, que si las cohabitaciones “eran demasiado frecuentes», llegarían a producir un desecamiento que generaba un vaciamiento, en especial de la parte delantera del cerebro, donde se consideraba que se captaban las impresiones suministradas por los sentidos. La medicina medioeval, explicaba de esta forma el vínculo del alma al cuerpo.
    Los árabes transmitieron a occidente la teoría con un transfondo médico y filosófico de «los sentidos internos» Dicha teoría situaba en el interior de los tres ventrículos o cavidades en el interior del cerebro, la sede de las fuerzas que «desempeñaban la función de intermediarias entre los cinco sentidos y las potencias intelectivas del alma«. La «virtud estimativa» -equivalente al juicio- se hallaba en el ventrículo medio, la «virtud imaginativa» estaba en el ventrículo anterior, y la memoria estaba situada en el ventrículo posterior» [2].
    Ni siquiera en el Renacimiento se presentó una serie de cambios tan radicales como la que se ha dado durante el siglo XX. Nos hemos dado cuenta de que estamos ligados en mayor medida unos con otros, que se está más cerca a la idea de la aldea global y la especie humana accede a una imagen del universo y de sí misma que no acaba de ser comprendida, por las sorpresas que depara.
 
 Imagen alusiva al Renacimiento
Crédito de imagen:
    El conocimiento del universo natural que podemos obtener con la ciencia, es en todo el horizonte de lo humano, el único conocimiento que siempre tiene un sentido acumulativo y direccional en el horizonte de la actividad de la especie humana. Este es el valor implícito del conocimiento científico, que se construye sobre sí mismo y la razón por la que la humanidad no regresa periódicamente a un estado de ignorancia, ni los resultados de la ciencia natural están sujetos al capricho humano.
El acúmulo del conocimiento científico se ha venido realizando durante largo tiempo y ha tenido una especie de efecto mudo y persistente sobre los caracteres fundamentales de las sociedades humanas. Pero el cambio en el proceso científico tuvo sus bases en los planteamientos de la ciencia moderna surgidos a partir del desarrollo del método científico desarrollado a partir de los trabajos de Renato Descartes, Francis Bacon y Baruch Spinosa en los siglos XVI y XVII.
    Una vez inventado el método científico, tuvo la propiedad de volverse una posesión del hombre racional con potencial accesibilidad a todos, cuya capacidad de producción de cambios históricos se generó a partir -paradójicamente- de la competencia militar, por el hecho que la tecnología confería -y aún confiere- ventaja a los grupos sociales que la manejan, como lo sugiere Francis Fukuyama [3].
El pensador Francis Fukuyama
Crédito de imagen:

Razón inteligencia y lógica

     Razón, inteligencia, lógica y conocimiento no son sinónimos, en la búsqueda de la primacía de uno de ellos en el campo de lo mental, han generado el debate sobre si vale la pena dividir la inteligencia y el intelecto en partes, partiendo de la base fundamental que el desarrollo futuro seguirá siendo la evolución intelectual.
    Al examinar como se manifiesta la inteligencia, es posible que las capacidades de razonamiento ofrecidas a la especie humana por la selección natural nos permitan llegar a una teoría unificada completa que nos permita contestar a las preguntas más profundas del hombre, sobre su origen y destino.
No se puede negar que la inteligencia y el conocimiento científico son una enorme ventaja para la supervivencia, -aunque por el momento pareciera que los descubrimientos científicos aplicados podrían acabar con la civilización del planeta-.
La integración intelectual es el proceso más importante de nuestra evolución, es la que ha permitido que el conocimiento se haya vuelto patrimonio cultural de la especie. Esto fué posible gracias al desarrollo del lenguaje, con lo cual se logró la adaptación y la definición de los conceptos.
    
    La inteligencia, como experiencia intelectual es un potencial que se trata de hacer pasar desde un estado virtual a uno operacional, para lo cual ayuda la educación que se recibe y el conjunto de las experiencias que se viven. A lo largo de toda nuestra vida la integración intelectual nos ofrece la ventaja de poder acrecentar e ir ajustando las condiciones de eficacia y armonía, al permitir una mayor reflexión sobre sí mismo en función de una evolución [4]. 

Desarrollo del concepto sobre la inteligencia

La inteligencia es la capacidad de un individuo de razonar, manejar conceptos abstractos, asimilar hechos, recordar lo aprendido, analizar y organizar la información y ser capaz de manejar una nueva situación [5].
David Wechsler
1896 – 1981

    De acuerdo a Weschler, la inteligencia es un “agregado o capacidad global de un individuo de actuar con un propósito, de pensar racionalmente y de manejar eficientemente su ambiente externo”. Es global en cuanto caracteriza la conducta de un individuo como un todo, es un agregado por cuanto está integrada por un número capacidades cognitivas independientes y cualitativamente diferenciables [6].

    
    Alonso-Fernández concuerda con los anteriores criterios, al referir la inteligencia como “un acto intrapsíquico de comprensión racional” caracterizado por a) la capacidad de resolver problemas nuevos; b) es la capacidad para utilizar el pensamiento de forma productiva; c) es la capacidad de síntesis; d) implica poder distinguir lo esencial de lo accesorio.

 

Las primeras pruebas de inteligencia fueron las desarrolladas por Alfred Binet y Théodore Simón en 1.905 y su propósito fué la evaluación del desempeño escolar; el término de coeficiente intelectual o CI fué introducido por Lewis Terman en 1.916 y denota una cifra que es el resultado de dividir la edad mental sobre la edad cronológica, multiplicando el resultado por 100.
    De acuerdo a Binet, la edad mental es el nivel intelectual promedio de un individuo a una edad cronológica específica.
    
    Dado que las diferencias entre los seres humanos suelen ser pequeñas, el individuo con un coeficiente de inteligencia o CI de 140 no es el doble de brilllante que aquel con uno de 70: la variabilidad de la inteligencia es un fenómeno universal confirmado por los estudios poblacionales para definir la normalidad en cuanto al parámetro de CI.
    Por su parte, los psicólogos de la inteligencia como Charles Spearman y Lewis Terman juzgaban la inteligencia como una capacidad general única para formar conceptos y resolver problemas.

El controversial CI

El seguimiento de los sujetos con CI elevados mostró que se mantenía durante los años, asociándose con alto desempeño en la escuela y a nivel profesional. Sin embargo, los altos valores de CI o de otras pruebas psicométricas no bastan para alcanzar la trascendencia social del genio: los rasgos de personalidad, así como el entorno familiar fueron los más importantes para alcanzar eminencia social.
    Los altos valores en las pruebas psicométricas no son un factor determinante en lo que se conoce como “éxito” y las predicciones tienden -del mismo modo que en las predicciones climáticas por los meteorólogos- a ser estocásticas/probabilísticas en lugar de deterministas.
Lewis Terman
Creador del concepto de cociente intelectual
Crédito de imagen
Charles Edward Spearman 1863 – 1945,
creador del concepto de cociente intelectual
hacia 1904.
Crédito de imagen
    El desarrollo de la inteligencia supone desde el punto de vista cognoscitivo una evaluación de las facultades de atención, memoria y rendimiento en general. La inteligencia general o g fué conceptualmente desarrollada por Spearman en 1.904. Ya sea que se enfoque estadísticamente como una matriz positiva universal de correlaciones para los resultados en población general extraída a partir de lenguaje, razonamiento, memoria, aptitud espacial y velocidad psicomotora, o que se enfoque como una fuente biológica de variabilidad, es con frecuencia un excelente predictor de resultados que se obtendrán en las pruebas que evalúan aptitudes mentales [7].
 Dado que la actividad humana está dirigida a la consecución de propósitos, el nivel de resultados que se obtengan en la experiencia estarán determinados en buena parte por el proceso educativo -cuya raíz significa conducir o guíar-.
    El aprendizaje, la formación intelectual como proceso de reacción ante las circunstancias, persigue el ayudar a los niños a tener conciencia de la dignidad de las personas y a desarrollar sus aptitudes para convertirlas en capacidades que puedan ser empleadas en beneficio de los demás.
Niños jugando
    Cuando el niño aprovecha sus experiencias, su formación intelectual, los sentimientos (como marcadores somáticos) y actitudes son los determinantes básicos de la situación de aprendizaje, fundamental para una experiencia equilibrada, que exige en la actualidad que sepamos trabajar, como abordar un problema, como adquirir y emplear conocimientos nuevos. Los marcadores somáticos de los sentimientos y las actitudes no pueden asignarse, exigirse ni controlarse deliberadamente [8][9].

 

Las inteligencias múltiples

En su obra clásica sobre “Las estructuras de la mente y las inteligencias múltiples”, Howard Gardner define la inteligencia como “la capacidad de resolver problemas o crear productos que sean valiosos en uno o más ambientes culturales”; sin embargo, tal definición no dice nada acerca de los orígenes de tales capacidades o de los instrumentos adecuados para medirla. La propuesta de las llamadas “inteligencias múltiples” que Gardner propone, se sustenta en evidencia evolucionista, neurológica y transcultural.
Adicionalmente agrega que las pruebas usuales de inteligencia refleja el conocimiento obtenido por vivir en determinado medio social y educacional, y rara vez valoran la aptitud para asimilar nueva información  o para resolver nuevos problemas: pero no hay que olvidar que las aptitudes específicas individuales y los factores de grupo influyen entre sí, de tal forma que una persona con un puntaje elevado en una aptitud posiblemente tenga puntajes elevados en otras pruebas de otras aptitudes. De modo que cuando se quieran medir las aptitudes de una persona, es necesario considerar como es la generalidad de la medida en una población dada y cual es la aptitud de interés para evaluarse.
    La inclinación por la evaluación de conocimiento que podría llamarse “cristalizado” en oposición al “fluído” revela poco acerca del potencial futuro de crecimiento que exhibirá un individuo dado, concepto también adscrito por el psicólogo y autor soviético Lev Vygotsky. 

Inteligencia y emoción

El enfoque cognoscitivo de las ciencias del desarrollo se enfoca en los procesos de desarrollo mental evaluando los procesos de la inteligencia individual. Sin embargo, estos enfoques se centran en el individuo, mientras descuidan el papel de las funciones interpersonales, ya que los principales desarrollos cognoscitivos son regulados desde el nacimiento por la capacidad de interacción del niño con otros niños en su entorno. De aquí la importancia de la escuela. 
Alegoría de emoción en máscaras
Crédito de imagen:
    Las emociones son un sistema innato de asemejar las funciones de atención, propósito y aprendizaje de tal manera que logren ser armónicas entre los sujetos. Wittgenstein, citado por Kenneth Aitken, refiere como:

 

“ El lenguaje ofrece un escape del espectro del solicismo individual, de la creencia, la ilusión hacia el conocimiento como uno del Ego, que es el único objeto real para conocimiento (…) el propósito de un filósofo es considerar la cuestión de la existencia de su propia mente o de cualquier otra mente, el tiene necesariamente que haber adquirido el lenguaje, lo cual requiere de una vida en un mundo social, lo cual hace insignificante la cuestión sobre si el pensamiento es in herentemente social o un fenómeno mental privado” [10].

 

Si se hace una correspondencia entre los “motivos” propuestos por las ciencias del desarrollo y el “símbolo” como un hipotético complejo o subsistema neural que se aparece como un jardín, mamá, una imagen de atardecer, se encuentra que las palabras del lenguaje y los símbolos se pueden corresponder, de donde surge la interpretación.
Es probable que los símbolos se aplican a conceptos que tengan aproximadamente la dimensión de las palabras, y las ideas extensas como las oraciones o siertas expresiones están ligadas a la activación simultánea o sucesiva de diversos símbolos. Si la dimensión de los símbolos coincide aproximadamente con la de las palabras, un símbolo vendría a ser algo que la especie humana representa por medio de palabras o expresiones determinadas, a las cuales asocia un determinado nombre. La representación cerebral de una situación más compleja se puede ver como una secuencia de activaciones de diversos símbolos por la acción de otros símbolos [11].

 

´Sobre un símbolo en contexto neural

·       Pueden ser latentes o activados

·       Como es desencadenado de diferentes formas, actúa de diferentes formas

·       El símbolo desencadenado ocurre cuando un número suficiente de neuronas suficiente sobrepasa el umbral en respuesta a estímulos internos o externos

·       Un símbolo desencadenado en contexto de interpretación de bajo nivel equivale a la activación de muchas de sus neuronas.

·       Un símbolo desencadenado en contexto de interpretación de alto nivel elimina toda referencia a las neuronas y se concentrará exclusivamente en los símbolos, con lo cual es posible tabicar el pensamiento respecto a los hechos neurales del mismo modo que es posible tabicar la biologías celular del comportamiento de los quarks, merced a las propiedades insospechadas de la emergencia a un nivel jerárquicamente superior y abarcante.

·       Los símbolos son la concreción del hardware de los conceptos: si se permanece en el “nivel bajo” de interpretación, un grupo de neuronas que desencadena a otra neurona es algo que no se corresponde con ningún acontecimiento del exterior, mientras que el desencadenamiento de un símbolo por otros símbolos sí guarda relación con hechos del mundo real o imaginario.

Tomado con modificaciones de: Hofstadter DR: Gödel, Escher, Bach. Un eterno y grácil bucle.Tusquets Editores, Barcelona, 1998. pp 389

 

Vygotsky, como impulsor del desarrollismo donde propone un principio de “organización extracortical de las funciones mentales complejas”, enfatiza el rol del medio social en el contexto del desarrollo y afirma:

 

El hecho que los niños lo hagan (el proceso del desarrollo) con la asistencia de otros es de alguna forma, indicativo del desarrollo mental del grupo, más de lo que pueden hacer solos” [12].

 

    Para Vygotsky este es un proceso lingüísticamente mediado (lo cual muestra las estrechas relaciones entre lenguaje y pensamiento), relacionado con la autorregulación del ego, concepto que se debate por su pertenencia a aspectos mentales o físicos, lo cual también es una señal de la falta de consenso entre los monistas y los dualistas. El concepto de auto-organización permite comprender las dinámicas de poblaciones mayores, explicadas en la ontogenia de los organismos.
    Si se considera que el proceso cognitivo autoconsciente de la experiencia surge asociado con las capacidades de interacción social del niño, de la regulación de la comunicación con sus cuidadores cuando le ofrecen una compañía afectuosa y emocionalmente estable, se ofrece la importancia necesaria al contexto social en que vive y se desarrolla el ser humano, que finalmente resultará en un adecuado dominio en el descubrimiento y aprendizaje de la realidad.

 

La influencia familiar

Desde el punto de vista genético, la heredabilidad amplia (denominada como H2   ) es una medida de la influencia genética que indica que proporción de la variación fenotípica de la población es asignable a una variación genotípica. Como es un concepto poblacional, no indica que proporciones de un fenotipo individual se pueden atribuír a caracter heredado y al ambiente.
    Desde el punto de vista de la inteligencia, dado que el genotipo y el ambiente interactúan para producir el fenotipo, es  un sinsentido afirmar que 110 puntos de CI se deben a influencia genética y 20 puntos se deben a influencia ambiental: no es posible partir las causas de la variación.
    Adicionalmente, el conocer la heredabilidad de un rasgo no permite predecir como cambiará la distribución de este rasgo si se cambian las frecuencias genotípicas o las ambientales. Por lo tanto, a título de corolario, se puede afirmar que una heredabilidad alta no significa que el ambiente deje de afectar el rasgo: en el caso que nos ocupa, aunque la inteligencia tenga un alto componente de heredabilidad, las influencias epigenéticas ambientales no restan su importancia.
Los psicólogos, teóricos sociales, médicos y otros profesionales se han preocupado una y otra vez de la heredabilidad amplia de ciertas características en la suposición que la existencia de heredabilidad demuestra inmutabilidad de un fenotipo para un determinado ambiente o medio social.
    Un ejemplo citado sobre interpretación errónea en cuanto a heradabilidad e inmutabilidad de la inteligencia, es el de A.R. Jensen, del campo de la educación, quien en 1969 presentó una publicación sobre cuanto se podía mejorar el CI y los logros académicos ante lo que concluye que “no mucho”, por su caracter inmutable justificado por la alta heradabilidad del rendimiento en una prueba psicométrica como el CI. El caracter erróneo de parangonar inmutabilidad con alta heredabilidad se develó a partir de los estudios de adopción en niños separados de sus padres biológicos, que  mostraron una alta correlación de los valores de CI de los niños con los de sus padres biológicos, pero como grupo los hijos mostraron un valor promedio que tendía a asemejarse al de los padres adoptivos.
    Por lo anterior, cuando un investigador desea averiguar la forma en que la dotación genética influye el curso del desarrollo de cualquier rasgo humano, ya se trate de la inteligencia que aquí nos ocupa o de cualquiera otro, debe tener en cuenta los diversos genotipos de la población en conjunto con las condiciones ambientales previsibles[13]. La inteligencia es dependiente de la interacción entre las potencialidades individuales, así como del medio externo, en forma de oportunidades y limitaciones implícitas en un ambiente cultural determinado, también como del correcto funcionamiento del sistema nervioso.
    El conocimiento del ambiente cultural es capital, porque no es un bajo resultado en las pruebas psicométricas de inteligencia la causa directa de una “mala” paternidad, sino que son las propias necesidades emocionales no satisfechas las que impiden que determinados conglomerados sociales de adultos no puedan ofrecer consistentemente a sus hijos los cuidados físicos y el adiestramiento social ni tolerar las demandas emocionales. Por tal razón, es necesario delimitar hasta que grado el funcionalismo mental puede mezclarse con enfermedades médicas y “sociales”. 

Referencias:

[1] &  Sagan, C: Los Dragones del Edén. Editorial Grijalbo Crítica, Barcelona. 1993 pp. 199, 234, 242
[2] &  Jacquart D, Thomasset C: Sexualidad y Saber Médico en la Edad Media. Editorial Labor, Barcelona, 1989 pp. 80
[3] &  Fukuyama F: El fin de la historia y el último hombre. Editorial Planeta Colombiana SA, 1993. pp. 116
[4] &  Brissard F: Desarrolle toda su inteligencia. Intermedio Editores – Robin Cook S.L., Bogotá, 1993. pp 23
[5] &  Fadem B: Behavioral Science 2nd Edition. Harwal Publishing. Philadelphia, 1994. pp 123
[6] &  Adams RD, Victor M, Ropper AH (Eds): Chapter 21. Dementia and the Amnesic (Korsakoff) Syndrome. En: Principles of Neurology. 6th   Edition. McGraw Hill. New York, 1997. pp. 417
[7] &  Deary, I: Differences in mental abilities. British Medical Journal 1998; 17: 1701-1703
[8] &  Lane H, Beauchamp M: Comprensión del Desarrollo Humano. 2da Edición. Editorial Pax. México D.F., 1967. pp 98-99
[9] &  Brissard F: Desarrolle toda su inteligencia. Intermedio Editores – Robin Cook S.L., Bogotá, 1993. pp 11
[10] &  Aitken KJ, Trevarthen C: Self-other organization in human psychological development.Development and Psychopathology 1997; 9: pp 653-654
[11] &  Hofstadter DR: Gödel, Escher, Bach. Un eterno y grácil bucle. Tusquets Editores, Barcelona, 1998. pp 390
[12] &  Aitken KJ, Trevarthen C: Self-other organization in human psychological development.Development and Psychopathology 1997; 9: pp 654
[13] &  Griffiths A, Miller J, Suzuki D, Lewontin R, Gelbard W et al: Una introducción al análisis genético. Edit. Interamericana – McGrawHill Madrid, 1993. pp. 757, 758

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Alejandro Melo-Florián

Writer, Internal Medicine specialist. Bogotá D.C -Colombia
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